27 de diciembre de 2008

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lunesensabado

La verdad es que sí que llegaba tarde al hospital. Aunque para la planta de cuidados paliativos nunca se llega tarde. No es cosa de la impuntualidad. Sólo hay espera sin ningún sentido.

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Me caí de risa eh...,?- me dijo el llanto.

0.2

XXX
Garabateaban el gateo de las líneas del caos. como ozono,en puntos suspensivos...
XXXI
Como ozono en puntos suspensivos. Seguir perdiendo rastro. La falta de capacidad para concretar desiste un acercarse en un cerco. Quiero anular el billete-dije veinte minutos antes. Hubiera sido mejor un vente que un veinte. Así salpicado de corchetes desconchados como las no primeras paredes a las que temblé. ¿Cuánto puede doler la incapacidad para extinguirse de las vocales polares? Hemos arrugado los árboles y hasta la humedad de los parques. No quería contar, porque contar es encontrar, algo tan triste. La palabra alrededor por ejemplo, como cuando un ombligo para el extrarradio del cuerpo o más bien del corazón que late...a donde descansa todo el humo y la ciudad.
XXXII
Pupilas reconocidas en el paladar. A doce cielos del cielo de la boca. Eché a correr para no alcanzarme.Me voy a sacar fotos. Algún día te las enseñaré todas. Tendría el extrarradio de mi corazón parasiempre en su ombligo. Así que todo fué mucho más dificil que la pregunta. Mucho más que mucho más. Nadie robaría un nunca de mi parte de hoguera en los ojos. Asirnos al revés. No se cabe. No se cabe, no se cabe que se acabe. Nadie más tiene un pedacito de nuca en la punta de los dedos. Es como ser de tiza.
XXXIII
Hola, ayer desapareciste, de repente todo el mundo empezó a preguntar por ti y ya no estabas. Te vi salir, pero no le di importancia, pensé que saldrías a hablar por teléfono o algo. En fin, que me da igual, cada cual a lo suyo.
Todo esto lo dijo. Pero no era así. Todo lo que le tocaba se convertía en cosa suya. Y les pasó a los dos. De haber subido o bajado unas escaleras de madera y termitas como las que existían, el ruído acabaría volcando un aroma a reconocible. Como al callarse en una habitación otra y escuchar que pentagrama consigue una persona entre tu casa: con la cocina, y todos los cacharros, las puertas, los pasos o los reflejos de las ventanas sin lado ajeno. Así que su ruído al acercase a interrogar los silencios respirados de los interrogantes con patas fué un, sonríe pequeño. Y entonces el obturador despeinó todo lo demás también. Cuando necesitó un espejo para que las palabras no se volviesen aprendices suicidas expropió lo siguiente. Y es que aunque ambos fumaban no quisieron seguir respirando silencio sin apagar la luz. Antes, coseré como no dejaron que fué. Luego funambulista del sí. No un: -Perdona, ¿ Tienes fuego ?
Fué: - Y tú, ¿ Tienes ganas de desayunar conmigo ?
Hasta las tripas de los semáforos saben que es una auténtica putada desenlazarse así con alguien capaz de acercarse a quien se cerca. No hay suficientes pasos de cebra que regalarle a su eme. Me gustaría curarle las nubes con la posibilidad de una caída muda.
XXXIV
La verdad es que no me gusta lo que has escrito. Pasamontañas. Y las contras de las ventanas. Verdes. Con minúscula...verdes. Antes de morder.
XXXV
Al caer la noche, cayeron nuestras tejas que no se cruzaron. Gritaron que perdían para perderse jamás. Agarrarse entre cosquillas de niños confusos de derretida irrealidad. Esta vez no hubo que temblar de miedos postizos, tan sólo desabrochar todos los callejones de los dedos, y dos corazones se arañaron a conocerse y a comerse el antes, y que no hubo pared sino el techo de los ojos a bocados de lluvia, hasta caerse en un nombre. La respiración empuñaba cada boca y empañaba lo salvaje. En el vértigo no cabía nada más. Amar la sombra de un acordeón vientre a vientre. Acostado de nuncas. Te tengo miedo a ti. A ese tú. Toda la fuerza del miedo sabe a que si el corazón pensase se nos pararía. Nunca había respirado así.
XXXVI
No saber lo que te entra por los ojos. Arriesgarnos siempre a sufrir una pequeña asfixia. No es una cuestión de interpretación. Siempre se espera una tormenta distinta a la tuya. En un tobogán, como si las nubes supiesen que no hay dos dolores distintos.
XXXVII
Los fotógrafos copian y mienten, así pone una nota en la cocina. Por eso aquel día en que uno me dijo que no tomaba partido se me vació la calle entera. Me hice francotirador, daltónico claro. De lo impar o lo imperfecto. Necesitar meses para construir algo que termina en el momento más indeseado, y necesitando nada más que de un tren para hacerte llorar. Subterráneo o no. No es un detalle: incendios a exterminar quemando al todavía por todo el dentro. Las nubes arañan de bufandas el cielo porque arrastran su pasado y se están cansando de estar arriba. Le gustaba mi nombre.
XXXVIII
La sangre del tobillo era la raíz o ese seguir escuchando los trozos. Se puso en manos de buscar el calzado más azul. Estaba llegando tarde. Esa habitación tiene lento y terrible en vez de números. No hay más que esperar. Desciende el garabato a dispararse. No compite. Médicamente se corresponde con agitado. Sin movimiento no hay vida. Así me conduce. No es biología. Si no, pasaría por el mundo un momento, y no sentiría nada más. El color requiere la atención en mayor grado. Anacronismo de un desmayo. La última generación que estranguló los sitios. Vendas maquilladas a máquina de escribir. Hay bichos que saben que el verbo de la caída no se corresponde con la gramática. Buscarse estrellas desde la basura.
XXXVIV
De bruces o de brutalmente. O esta almohada bucal de encías doloridas. Nadie se cae de miedo. Y saltan quienes saltan. Honestamente no hay propiedad para la sangre. Y los ojos descalzos de ventana. Aire.
XXXX
Que alguien recoja los azucarillos abandonados al café suicida. No hay nada a prohibirse. Que nadie rebobine un cuento...el corrector bucal de la sonrisa de la luna miente de afonías feroces. el corrector bucal de la sonrisa de la luna miente de afonías feroces. Algún día sabré si el charco escrito es el que más mancha. Que se olviden los días de llorar por las venas. Hay neón roto y demasiadas alcantarillas.
XXXXI
Cuando vi el disfraz agujereado no pensé en la bala. Ni en la vocal herida. Agujero de entrada a pensamientos. Ahora busco el de salida; como si la parálisis de los pies tuviesen algo que ver. Arrastrar el desfiladero de terribles colores.

25 de diciembre de 2008

jodeteniñxdios

soy lo peor que le ha pasado en su vida

soleadafrio

en el vacío late la inédita infinita posibilidad de lo imposible que hace a cada ciuad tan pequeña que vomita gestos seductores de peligro antes que de olvido

silba para hablar de silbidos

del silencio nadie se lo creía, pero Èl aún la distancia de todas las pedradas de heridas de no verte

empezó a masturbar el corazón del mundo
hasta recomenzar el verbo temblar

sin ayudadenadie
con todos los ataques vivos del corazón que hizo grito y silencio en todos los diccionarios que no existían