a veces te matan las ansias de ti que no desencuentras o llegan entonces las moscas verdes.
los besos de cal aún deshilachando la pared de un sí
después de mil hojas y trescientos seis millones de segundos de infrahistorias
morirte matarte pero ya no sé de qué
de luz de gas. y era una alarma de frío la que cosía los vientos tan quietos
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