
De mis mayores gritos quizás no existen testigos sin causa
El tiempo es el mayor cachibache de la modernidad, siempre jodiendo, rumiándonos; ahora por dentro, ahora por fuera. hay días que no lo soporto, tengo que descalzarme de todo pensamiento y regocijarme de ello en el sofá, escondido tras un café con hielo. espero el día en que me atreva a materializar el asesinato del televisor. acaso ha hecho algo por mi...(¿) malditas antenas que despeinan la bufanda de nubes de la ciudad. nieve y parabólicas son siempre el preludio de la primavera. ésta llega danzante y apremiando. con un carrusel de hormonas y camisetas de tiras. desembarco de su dictadura. ni la alfombra de arboledas desnudas la detiene. un golpe al estado de las cosas. la más bella y floreada de las revueltas de avril. hace crecer margaritas de este a oeste, desde la flauta de ghandi hasta los tulipanes radioactivos de los ataudes de plomo soviéticos. pensamientos, nomeolvides en la alambrada de los hijos de las piedras palestinas la negra flor de la rambla, mestiza y mediterránea. Los claveles lusitanos y la rosa de los cuatro vientos del desierto saharaui. amapolas zapatistas,(flor de loto) querubines de gardel, habaneras y tangos. fados sin despedida, gardenias desteñidas de violencia. rosas amarillas, loto azul, y una canción como promesa, un mural protesta, las paredes hablan lo que la prensa calla. los lunares despiertan calladamente, asomando piel canela y libertad. mientras tanto, primavera, flor de un día y media noche. esquinas amuralladas que gritan soledad.
y reir hasta inventar mis agujetas en el estómago, y entonces...yo, me comía el presente con mi risa, una y otra vez;

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